4 may 2010

Un pensamiento, una nueva reflexión: ¿qué puede sostener una vida?

Un nuevo flash, un pensamiento, una invitación a la reflexión, sobre la vida, sobre aquello que nos puede sostener. De nuevo un fragmento del libro "En la Tierra de Nunca Quizás. La Nación de Goig."


- Una Nación que se precie de inteligente debe preservar sus bienes primarios y cultivarlos para poder conseguir su máxima rentabilidad. Un pueblo no puede vivir mirando al pasado ni puede anclarse en el presente. El futuro será o no será según lo que venga pero también según lo que sembremos. En Goig consideramos como a nuestro bien más preciado a la infancia y a la vez entendemos que el futuro va a estar siempre en sus manos y que en la calidad de la Educación se siembra una predefinición del mañana. Así, la primera y más importante prioridad de nuestra gente es conseguir que los niños crezcan armónica y equilibradamente. Como ya sabes aquí medimos el bienestar no por la renta per capita sino por el grado de felicidad de todos y cada uno de nuestros habitantes. Si quieres conseguir una mezcla enérgica ponle hierro entre sus componentes; si lo que quieres es una mezcla explosiva añade pólvora; si deseas una mezcla armónica, ¿qué crees debemos poner?
- Vida, ¿verdad?
- Claro... Vida, en su estado puro y con todas y cada una de las connotaciones que conlleva. Y entonces, ¿qué crees que nos puede atar con mayor firmeza a una vida equilibrada?
- No será nada material, seguro...
- Cuidado, en lo material lo básico y necesario es imprescindible, pero eso nos asegura la supervivencia, que no tiene porqué implicar vivir... Si te fijas mi pregunta llevaba trampa: ¿Qué nos ata...? Qué nos enlaza, qué nos vincula...
- Los vínculos, ¿no?
- Evidente. Fíjate, aquí en Goig consideramos que al nacer cada niño conlleva una doble paternidad...
- ¿Padre y madre?
- No, padre y madre asumen la paternidad biológica, la tutorial primera y más importante, la emocional... Aquí no adjudicamos grados de vinculación o responsabilidad: ambos son esenciales y debemos cuidar y mimar esos vínculos de forma muy esmerada. Pero luego está la paternidad existencial...
- ¿La naturaleza?
- Lógico... Nacemos con ella, por y para ella, y vivimos gracias a ella. Aquí nos tomamos muy en serio el concepto de “madre naturaleza”. Si un niño no aprende desde muy pequeño a cuidar su vínculo con la madre tierra no será raro que de mayor camine de espaldas a ella... Eso pasó en Nunca Jamás, ¿verdad?
- Está más que claro...
- Luego hay que entender la globalidad. La naturaleza no puede limitarse de ninguna manera al jardín de mi casa, pues todo lo que sucede en ella puede acabar afectándonos positiva o negativamente. No hace falta que te explique la Teoría del Efecto Mariposa...
- Lo tengo muy claro. Mira lo que nos está pasando con el cambio climático...
- Y algunos aún no se dan cuenta de que hemos estando matando el planeta... Bueno, bueno, me pongo nervioso solo de pensar a dónde puede llegar la estupidez humana... Mejor dejemos el tema... Sigo... Aunque antes quiero aclararte algo: ¿sabes por qué resulta tan importante la calidad de los vínculos en la niñez, particularmente, y yo diría que en general también para la persona adulta y, ya extendiendo mi argumento, para cualquier ser vivo?
- ¿Son la razón de vivir?
- No, cariño, la razón de vivir es la vida. Ya hablaremos más adelante, si quieres, de eso. Los vínculos son esenciales pues son nuestras columnas vertebrales emocionales. Ellos nos sostienen o nos dejan caer..., o nos hunden... Para que un niño pueda evolucionar positivamente, crecer equilibradamente, aprender según sus posibilidades, necesita seguridad emocional. Si no la tiene se bloquea, desaparece, reacciona violentamente, ... Y de esa seguridad depende del desarrollo armónico de esos vínculos...
- Y así va el mundo... Glups...
- Así va, en la era del egocentrismo... Así va...


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