10 ago 2010

Las canciones de mi vida y el amor: la soledad, "La tieta" de Joan Manel Serrat

Hoy por la mañana asistí a una reunión realmente importante. Encima de la mesa un proyecto hermoso de verdad, alrededor voluntades y sueños, intereses y empeños. Uruguay, Argentina, México, España y Catalunya, 5 naciones y dos lenguas que se entremezclaban y bailaban al son del consenso, al ritmo del beneplácito de todos los presentes.

¿Sabes? La belleza no se escribe con una sóla lengua ni habla un sólo idioma. Si un dia decidí escribir en castellano no fue para crear textos más lindos, lo hice únicamente guiado por el interés de llegar a más gente.

Hoy os presento una de las canciones menos conocidas de Joan Manel Serrat pero, para mí, una de las más bellas y emotivas. Me hacía temblar de niño y hoy, después de tantos años de no disfrutarla, uf...

En las canciones de mi vida y el amor un canto a la soledad, una oda a la rendición, a la entrega sin espera, a... Os la ofrezco en catalán, os regalo la traducción al castellano y os presento el tema en italiano (?). Y, pues eso: la belleza no entiende de idiomas...


La despertará el viento con un golpe de los ventanales.
Es tan larga y ancha la cama ... Y son frías las sábanas ...
Con los ojos medio cerrados, buscará otra mano
sin encontrar a nadie, como ayer, como mañana.
Su soledad es el fiel amante
que conoce su cuerpo pliegue a pliegue, palmo a palmo ...
Escuchará el maullido de un gato castrado y viejo
que en sus rodillas duerme las largas noches de invierno.
Hay un misal dormido encima de la mesita
y un vaso de agua medio vacío cuando se levanta la tía.
Un espejo resquebrajado le dirá: "Ya te haces mayor.
Cómo ha pasado el tiempo! Cómo han volado los años!
Como los sueños de juventud por las calles se han perdido!
Como se arruga la piel, como se hunden los ojos !..."
La portera, a su paso, dibujará una sonrisa:
Es el orgullo de quien tiene alguien para calentar la cama.
Cada día lo mismo: coger el autobús
para trabajar en el despacho de un abogado vago,
con quien en otro tiempo ella se hacía la estrecha.
De eso hace tanto tiempo ... Ni lo recuerda la tía.
La que siempre tiene un plato cuando llega Navidad.
La que no quiere nadie si un buen día se pone enferma.
La que no tiene más hijos que los hijos de sus hermanos.
La que dice: "Todo va bien". La que dice: "No importa".
Y el Domingo de Ramos comprará a su ahijado
una palma larga y blanca y un par de calcetines
y en la iglesia los dos harán como hace el sacerdote
y alabarán a Jesús que entra en Jerusalén ...
Le dará veinte duritos para abrir una libreta:
hay que ahorrar el dinero como siempre ha hecho la tía.
Y un día hay que morir, más o menos como todos.
Se la llevará una gripe al agujero profundo.
Pero ella ya habrá pagado el nicho y el ataúd,
los salmos de los sacerdotes, las misas de difuntos
y las flores que seguirán su entierro;
son cosas que a menudo las olvida la gente,
y son tan hermosas las flores con negros trapos colgando
y detrás unos amigos, descubiertos hace un instante
y una esquela que dice: "Ha muerto la señorita.
Descanse en paz. Amén ".
Y olvidaremos a la tía.



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