19 nov 2010

La vida y el amor; frases, citas y pensamientos...

REPOSICIÓN post agosto del 2008


Del libro "A la luna, a ti, mi cielo, y a mis queridas estrellas"... Frases, citas, pensamientos, reflexiones, ...del la vida y el amor...



Cat stevens - morning has broken by Prosomnis



Impón la veda a todo aquello que tu corazón desdeñó, nadie te va a aconsejar mejor.

Nadie soy para aconsejarte. Nada me otorga ese derecho y en nadie me convierte mi delicada situación actual. Mis reflexiones no merecen más importancia que la que tu quieras darles. Si decides no prestarles ninguna atención, entonces seguiré siendo aquel nadie que para ti nunca existió. Si de algo te sirven, en cambio, podré decir que con mis letras emigré de la nada y pude ser, para ti, ese alguien que, aunque fuera en poco, en algo te ayudó.

Si alguien te impone arengas que impiden claramente tu bienestar no aceptes su encargo sin vacilaciones, averigua primero si en sus intenciones se amaga el egoísta querer o el altruista amar y después decide y haz lo que tengas que hacer.

Sé siempre consciente que aquel que te halaga en demasía puede encubrir en lo que con sus lisonjas te pide una exigua, interesada y breve inspiración.

Y, como en un seísmo que en el destruir construye, con su renacer mi visión me mostró unos mundos donde el sufrir termina y la pena huye, donde las almas dejan su alacena y vuelan, donde los corazones ondean sus banderas con calmas canciones, con largas esperas sin cargas ni oscuros reversos, con puros y románticos versos que se disfrazan de prosa para amagar sus cánticos, y que en su ondulado viaje cazan los sueños para venderlos a sus dueños con la amorosa percepción de aquel paisaje donde la amada espera al enamorado, donde tu única religión reza para tenerla siempre a tu lado.

Permite que tus sentidos actúen como esponjas, porque con cada sensación que filtren para impregnar tu esencia decorarán tu dicha con inestimable delicadeza.

El amor podrá confundirse con muchas cosas, seguro, pero nunca con la ambición de un status. Vivir en el lujo te puede conllevar una seguridad en muchos campos, pero si en tu corazón no se implanta el amor hacia tu pareja a tu equilibrio emocional le pueden pasar dos cosas: que se vuelva frío como el hielo y decida buscar lo que no hay en casa afuera o que se torne frágil y termines sintiendo que vives en una prisión de oro.

El querer no fía, el querer entrega sus complacidos afectos y aunque en su sustento precisa, niega con firmeza la exigencia de contraprestaciones.

En nuestro interior, en nuestra esencia o quizás en nuestra personalidad, en nuestra suerte y un poco en nuestro sino,..., en todos ellos o en alguno, en cada uno o en ninguno se halla esa fuerza misteriosa que acaba dominando el maravilloso campo sentimental donde se siembran nuestros cariñosos alimentos...

Los rectos raquitismos bañados de amarga tristeza nunca ganarán un envite a la soportable chicha calada de contento.

Si encuentras el exquisito nexo entre hacer el amor y practicar el sexo descubrirás como el orgasmo puede llegar a conmocionar tu agitada alma.

Mas esa lucha no debe darse por concluida con la satisfacción de haber conseguido amar y ser amado. Cuando piensas haber encontrado la pareja definitiva y empiezas a proyectar y a desarrollar una familia para tu anhelada eternidad descubres que la vida no te deja hacerlo fácilmente. Y es entonces cuando, si de verdad eres un poco ambicioso, debes procurar enfrentarte a ella para mantener, e incluso enriquecer, aquello que posees y que, mientras dura, te otorga una buena parte de la armonía imprescindible para vivir en equilibrio. Debes pleitear, así, con todas y cada una de las trabas que la supervivencia actual te presentará y solo así conseguirás, tanto en los triunfos como en las derrotas, fortalecer ese amor el máximo tiempo posible. Y ese litigio no es cosa de uno, es cosa de dos: hombre y mujer deben implicarse en la totalidad de disputas que la vida en pareja y la familiar conllevan y deben hacerlo, aunque en el resultado las posibilidades de cada uno impliquen niveles de contienda diferentes, con el máximo de esfuerzo en las dos partes y a la vez abarcando ambos cuantos más ámbitos mejor. Porque en el amor, como en muchas otras cosas, el acomodo por creer que ya está todo conseguido conduce más a perder que a mantener. Como tampoco sirve el traspaso de responsabilidades: él ya se ocupa de todo, ella lo hace mucho mejor,...; ni puede ser válido el eterno reparto de tareas importantes: tú ganas el dinero y yo me ocupo de los niños. Y es que el amor no es estúpido y, consciente de su inmensa valía, nos exige un pago diario para la manutención de su pureza. Así, hombre y mujer debemos asumir plenamente los dos principales roles que el querer que nos une nos ofrece: amador y amado y amadora y amada. Porque todos sabemos que resulta muy fácil recrearse en el recibo e ir olvidando el deber de dar y yo afirmo que aquellos que en el egoísmo se satisfacen sin querer satisfacer van segando poco a poco el amor hasta llevarlo irremediablemente a su destrucción. Esta condición, por sí misma, ya conlleva un reto difícil de alcanzar, pero nuestra factura comporta muchos otros requisitos y acaba siendo tan larga y complicada de liquidar que muy pocas parejas consiguen llegar al final de su vida habiendo mantenido encendida la misma flama que surgió en el origen de su amor.

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